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¿Cuál es el verdadero significado y simbolismo de la navidad?
Cuando hablamos del verdadero simbolismo de la navidad, sin lugar a dudas nos encontramos con el personaje principal de este acontecimiento, y este es Jesús EL CRISTO.
El significado de la navidad según la Gnosis
Para los Gnósticos, La Navidad es un acontecimiento Cósmico que debe realizarse en cada uno de nosotros. La Navidad es absolutamente individual. Hay necesidad de que nazca en nosotros el Cristo, es urgente la Navidad del corazón.
Pero como podemos comprender esto, ya que históricamente, cada año nos encontramos con una celebración mundial del nacimiento de un niño-Dios, fruto de una inmaculada concepción.
Para lograr vislumbrar algo en todo esto, estudiemos algunos personajes y conceptos claves de la Navidad.
El Profundo Simbolismo de la Navidad: Una Mirada desde la Gnosis
La Navidad, más allá de las luces, los regalos y las tradiciones familiares, encierra un profundo simbolismo espiritual que ha sido transmitido a lo largo de los siglos. Para la enseñanza gnóstica, esta celebración representa un proceso interno que invita al alma a reflexionar sobre su origen, su propósito y su destino final. En este artículo, exploraremos la riqueza simbólica de la Navidad desde una perspectiva gnóstica y esotérica.
El Cristo Interno: El Verdadero Protagonista de la Navidad
En el corazón del simbolismo navideño encontramos el nacimiento del Cristo. Sin embargo, desde el punto de vista gnóstico, este evento no es solo un recuerdo histórico o un relato mítico, sino una representación del nacimiento del Cristo Íntimo en el corazón de cada aspirante espiritual.
El Cristo, según la gnosis contemporánea, no es una figura histórica exclusiva, sino una fuerza cósmica universal que puede encarnarse en cualquier persona que logre la autorrealización. Este nacimiento es un proceso interno que ocurre cuando el alma, después de haber trabajado arduamente en la purificación de sus defectos psicológicos, permite que la chispa divina despierte en su interior.
El Pesebre: Humildad y Simplicidad
El relato bíblico nos dice que Jesús nació en un humilde pesebre, rodeado de animales. Este escenario simboliza la sencillez y la pureza necesarias para que el Cristo Interno nazca en cada uno de nosotros. El pesebre, desde el punto de vista esotérico, representa nuestro cuerpo físico, el templo donde las energías cósmicas trabajan para gestar la iluminación interior.
El entorno humilde del pesebre nos recuerda que el despertar espiritual no ocurre en medio de la arrogancia o la opulencia, sino en un alma sencilla, abierta al amor y al trabajo interno. Es una invitación a abandonar el orgullo y a regresar a la esencia pura de nuestro ser.
La Estrella de Belén: La Luz que Guía al Alma
La estrella que guía a los Reyes Magos hasta el pesebre tiene un simbolismo trascendental. En el camino gnóstico, esta estrella representa la guía espiritual, la luz interior que ilumina el sendero hacia la realización del Ser. Es el emblema del maestro interior, la chispa divina que nos conduce en medio de las tinieblas de la vida cotidiana.
La estrella también simboliza la intuición, esa brújula interna que, cuando se desarrolla a través de la meditación y el autoconocimiento, se convierte en una herramienta invaluable para encontrar el camino hacia el despertar.
Los Tres Reyes Magos y sus Regalos Divinos
Melchor, Gaspar y Baltasar, los tres Reyes Magos, no solo traen regalos, sino que también debemos comprender que el viaje de los Reyes Magos desde tierras lejanas hasta Belén simboliza el camino que todo iniciado debe recorrer para alcanzar el nacimiento espiritual. Es un trayecto lleno de desafíos, pero guiado por la luz de la verdad. Este camino incluye:
- El Descubrimiento del Ser: Representado por la sabiduría de Melchor, el iniciado busca comprender su verdadera naturaleza y su conexión con el cosmos.
- La Devoción y el Amor: Representados por Gaspar, el aspirante cultiva la fe, la oración y la conexión amorosa con lo divino.
- La Transformación y la Purificación: Representados por Baltasar, el iniciado trabaja para morir psicológicamente, eliminando sus defectos y renaciendo como un ser espiritual.
Estas tres fuerzas trabajan en el aspirante espiritual para facilitar el nacimiento del Cristo Íntimo. Los regalos que ofrecen –oro, incienso y mirra– también tienen un profundo significado esotérico:
- Oro: La conciencia pura y elevada.
- Incienso: La devoción y el sacrificio.
- Mirra: La aceptación de la muerte mística del ego.
Este simbolismo nos invita a reflexionar sobre lo que ofrecemos internamente para permitir que el Cristo nazca en nuestro corazón.
El Árbol de Navidad: El Árbol de la Vida
El árbol decorado con luces y adornos, presente en millones de hogares durante esta época, es un símbolo poderoso que nos remite al Árbol de la Vida de la Cábala. Cada uno de los adornos y las luces simbolizan las virtudes y los logros que el iniciado cultiva en su camino espiritual.
Las luces representan la iluminación que se alcanza al transmutar las energías creadoras y al trabajar en la eliminación del ego. Además, el árbol de Navidad, siempre verde, simboliza la vida eterna y la conexión con lo divino.
La Virgen María y José: Los Principios Femenino y Masculino
La Virgen María y San José representan los principios femenino y masculino que trabajan juntos en armonía para la regeneración espiritual. En la alquimia sexual, estos principios se combinan para transmutar las energías creadoras, esenciales para el nacimiento del Cristo Interno.
María simboliza la fuerza receptiva, la pureza y la intuición espiritual, mientras que José representa la fuerza activa, la voluntad y la acción consciente. Juntos, son un modelo de colaboración y equilibrio en el sendero del despertar.
El Espíritu de la Navidad: Renovación y Amor Universal
La Navidad también es un momento especial en términos de energías cósmicas. Según Samael Aun Weor, esta época está cargada de fuerzas espirituales que favorecen la introspección, el perdón y la renovación interior. Es un momento ideal para reflexionar sobre nuestros defectos, renovar nuestros votos espirituales y trabajar en el altruismo.
El Espíritu de la Navidad nos invita a practicar el amor universal, a compartir con los demás desde el corazón y a elevar nuestra vibración espiritual.
Un Mensaje para el Alma buscadora de la Verdad
La verdadera Navidad no se celebra con regalos materiales ni banquetes opulentos, sino con un trabajo profundo en el corazón y en la conciencia. Es un llamado a despertar el Cristo Íntimo en nuestro interior, a transmutar nuestras energías creadoras y a vivir en armonía con las leyes divinas.
Cada detalle de la Navidad, desde el pesebre hasta la estrella de Belén, nos invita a un viaje interior hacia la iluminación. Más allá de las festividades externas, el verdadero significado de la Navidad se encuentra en el nacimiento espiritual que puede ocurrir en cada uno de nosotros.
Reflexión final de NAVIDAD
La Navidad es mucho más que una festividad religiosa o una tradición cultural; es un símbolo universal de transformación espiritual. Nos recuerda que en cada ser humano existe la posibilidad de renacer, de dejar atrás los viejos patrones de egoísmo y de permitir que la chispa divina se convierta en una llama de amor y sabiduría.
Que esta Navidad sea una oportunidad para trabajar en nuestro interior, para buscar la luz en medio de la oscuridad y para permitir que el Cristo Íntimo nazca en nuestros corazones.
¿Cuál es el verdadero significado del nacimiento de Jesús?
El significado del nacimiento de Jesús, para cada uno de nosotros debe resumirse en nacer espiritualmente, en una nueva vida con conciencia, libres de los animales del deseo, envidia, codicia, orgullo, celos, lujuria, etc. etc.
¿Cuándo es el nacimiento de Jesús?
Se asume que es el 24 de Diciembre a la media noche o a las 00 horas del 25 de Diciembre, aunque muchos historiadores discrepen de esto y algún día lleguen a estar de acuerdo. Para cada uno de nosotros debemos tomar la enseñanza que nos trae este acontecimiento, y hacerla carne y sangre en nuestras vidas.
